Valga entonces un sincero "enhorabuena" para nuestro compañero Ever "El Chato" Torres, por el inicio de esta nueva etapa en su vida, con cabellera y ego renovados, y que sirva esto de elemento motivador para todas aquellas otras personas (de las que en eme ve eme hay bastantes) que miran con nostalgia las fotos de su niñez, añorando casi con lágrimas la imagen de un pelaje frondoso y brillante.
Bien por ti, amigo Ever. Porta con orgullo tu nuevo look. Menea tus cabellos a viento cual French Poodle asomado en la ventana de un carro. Sacude al aire tu cuello para que la brisa acaricie tu melena, y coviértete en embajador de la campaña para decir sí a la cirugía, y no al peluquín.
Ahora, las evidencias del resultado final de tan delicado procedimiento, a la vez que enviamos una voz de admiración también para el cirujano.
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