Después de evaluar la petición que hace el hombre de buena fé del último correo y de hacer una reflexión profunda sobre las implicaciones éticas y morales, que suponen la exposición al público en general de los rostros de nuestro pabellón de niños loquitos, Dona Guillermina ha considerado prudente que se distribuya una de las fotos que con más recelo ha guardado por años y que reconoce como el empujón definitivo que la llevó a formar el “Hogar de niños diferentes”, textualmente nos dijo, “Vea mijo, yo era como todas las demás personas, no me importaban estas pobres almas, pero el día que ví ésta foto, hmmm, me puse a pensar, que tal que un hijo mío saliera así?, y que tal que nadie me hechara una manito, desde eso fue que me puse a ayudarles y siempre cargo esta foto entre el sosten, cerquita la corazón, porque con solo verla, la lastima me renueva las ganas de colaborar”.
El “niño” de la foto presenta un complejo cuadro de alteración de la realidad, complicado con un severo desorden alcohólico crónico, se desconoce dónde se encuentra en estos momentos, pero se sabe que aun vive. Doña Guillermina lo recuerda como un “Desvergonzado bribón” y agrega que: “desde que lo castramos, se compuso un poquito”.
Sin más rodeos los dejamos con la imagen (las imperfecciones son de origen, recuerden que la foto tiene unos 30 años)

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